Abraham Vázquez Vallado

Abraham

Mis padres me pusieron Abraham, y aunque me identifico con este nombre, con los años lo he sentido cada vez más lejano de mi propio núcleo. ¿Le ha ocurrido lo mismo con su nombre? El acto de nombrar es una acción de la propia voluntad de crear; de la palabra como acto de manifestación. Es vibración, es verdad. Resuena en mí, resuena en ti, crea o destruye la posibilidad de un «nosotros».

Nombramos lo que no conocemos para hacerlo nuestro, para significarlo como parte de nuestra propia historia, para presentarlo vivo a la vida misma.

Mi nombre no es tan importante como el trabajo que hago. Si tengo que llamarme de alguna manera, hace más de diez años que decidí llamarme PresenciaMomento sin apellidos, para recordarme que el único pasado que me representa es el instante que acaba de pasar tras estas letras que dejas al leer, y te agradezco tu tiempo.

Navegar por mis creaciones